BIENVENID@:

"NO TENGO VOZ PARA DECIRLO, POR ESO VENGO Y TE LO ESCRIBO" He creado este espacio para vomitar mis pensamientos (la mayor parte hablan de él/ellos...). También para recrear mis recuerdos de una manera más espectacular, más "artística", por así decirlo, y también menos cotidianos. "Mi pasado es una pintura sin terminar, y como el autor de esa pintura debo rellenar todos los hoyos horribles y hacerlos bellos de nuevo". Mother Monster.

domingo, 19 de febrero de 2012

Como siempre, pensé en tí:


Y sucedió que me encontré en mi fiesta, rodeado de mis amigos más cercanos. Todos estaban ahí por mí. Y me sentía feliz por eso.

Bebíamos, brindábamos, reíamos de viejas historias de cuando nos conocimos. Cantábamos a todo pulmón mientras nos uníamos en un abrazo grupal.

Y sucedió que me encontré mirando hacia la ventana que da a la calle de aquel pequeño departamento, buscando su rostro, esperando su llamada o al menos un mensaje que dijera: “Ya voy en camino”.

Pero ese mensaje nunca llegó, y me quedé solo, rodeado de gente extraña ajena a mis pensamientos.


Me encontré solo en el baño, limpiando mis lágrimas para que nadie me viera. “No dejes que esto te arruine la noche”, decían, “Los que estamos aquí te queremos”.

Y en el fondo tenían todos la razón: Si a él le hubiese importado, habría hecho hasta lo imposible por estar ahí. Y es que, sincerándome con mi corazón, esa noche hubiera sido realmente especial si él hubiera llegado, si tan solo se hubiera tomado la molestia de aparecerse aunque fueran 10 minutos yo hubiera estado más que contento.


Terminé comiéndome la paleta de bombones que le compré para San Valentín y rompiendo la tarjeta que con mucha ilusión le hice: “Se va a emocionar cuando la lea”. Qué estupidez.
Y me duele, me duele saber que para él yo no soy importante, que solamente dice que sí a mis invitaciones por puro compromiso. Que mientras yo hablaba con ilusión de que iría a mi fiesta, él hacía planes con sus amigos. Me duele saber que él es hermoso y puede elegir a personas que son mejores que yo, que sus ojos no me ven como yo lo veo a él, que él es perfecto y yo estoy roto desde hace mucho tiempo. Que no tengo oportunidad de estar con él y que se olvidará pronto de mi existencia.

Entonces llegó el amanecer con el final de mi fiesta. Tomé mi abrigo y salí a la calle.

Mientras caminaba miraba hacia atrás “Tal vez se le ha hecho tarde”.

Nunca apareció, ni un mensaje, una llamada. Nada.
Nada. Solamente esa sensación de vacío en el estómago.
Y lágrimas escurriendo en mi abrigo.

domingo, 12 de febrero de 2012

El escape:

Bésame antes de que te vayas, un beso suave y casi superficial.
Llévate las mariposas de mi interior y descuelga los rayos del sol que iluminan tu rostro.
Y déjame llorar ante la noche, deja que me engulla, que se apodere de cada uno de mis sollozos.
Tal vez sea que ninguna persona está hecha para mí, que nadie me ha roto el corazón, que yo nací así: roto en mil pedazos y no necesito que alguien me arme.
Tal vez sea que no existe un cielo terrenal o un roto para un descosido.
Y es que por un momento llegué a percibir una parte de mí que no estaba tan rota, tan sucia, tan amorfa; tan mía. Pero también te la llevaste.
De nuevo me siento en el aire, me siento vivo: hay dolor, hay soledad, hay desesperación.
No siento que exista un cielo claro más allá de los cables de luz.
Simplemente espero, sentado en un rincón a que la luz del sol se esconda tras una nube.
Espero que alguien me saque de este barrio, de esta mi vida tan cotidiana y gris.
Y deseo ver esa libertad, ese olor a tierra mojada, las luces de un túnel con flechas en el asfalto y algunos autos a mi alrededor...
No es que no acepte mi vida, es simplemente que no deseo vivir de esta forma desde que tú ya no estás para darle un pequeño giro, una llamada de vez en cuando, un comentario en mi perfil, o quizá un pensamiento a mitad de la noche cuando estás a punto de dormir.
De pronto la rutina me vuelve su esclavo... de pronto todo perdió su color.