BIENVENID@:

"NO TENGO VOZ PARA DECIRLO, POR ESO VENGO Y TE LO ESCRIBO" He creado este espacio para vomitar mis pensamientos (la mayor parte hablan de él/ellos...). También para recrear mis recuerdos de una manera más espectacular, más "artística", por así decirlo, y también menos cotidianos. "Mi pasado es una pintura sin terminar, y como el autor de esa pintura debo rellenar todos los hoyos horribles y hacerlos bellos de nuevo". Mother Monster.

viernes, 13 de agosto de 2010

Naran:


Hace tiempo que conocí a Naran, prácticamente nacimos juntos; vive en mi alma desde que tengo memoria.

Naran es un pequeño monstruo, y muy travieso; se pasea brincoteando por los espacios de mi mente. Con sus pequeñas garras y dientes afilados juega con mis recuerdos, los revuelve, los rompe en pedacitos y luego se los come; para después vomitarlos en mis ojos a manera de lágrimas.

De vez en cuando lo encuentro jugando con mi corazón, le gusta romperlo y pisarlo cuando está aburrido. Algunas veces se le ha olvidado volver a ponerlo en su lugar, esto hace que sienta un vacío enorme en el pecho, me causa dolorosas arcadas y espasmos interminables de soledad.

Por mucho tiempo intenté deshacerme de Naran; sacarlo de mi mente y desterrarlo de mi vida. pero por más que trato, no puedo decirle adiós; por que siempre me mira con aquellos ojos lastimeros, implorándome que no lo olvide. Es el único que me acompaña todos los días en mi rutinaria existencia, cuando el mundo me parece demasiado absurdo.

Naran está conmigo cuando alguien me decepciona, cuando llueve y todo es opaco.

Naran y yo nos hemos vuelto muy buenos amigos. De repente se ausenta por algunos días, pero cuando regresa hace un embrollo con mis sentimientos, le gusta jugar con el odio, con la soledad y con la apatía.

Existen otros como él, pero los dueños de estos monstruos prefieren no encariñarse con ellos y los llaman de múltiples maneras: miedo, depresión, angustia y subjetividad hacia la vida. Lo curioso es que Naran está hecho de todos esas palabras. De ahí nació la idea de ponerle Naran; es una palabra en lengus tuiqui que significa eclipse, Naran eclipsa al miedo, a la depresión, a la angustia y a la apatía.

Naran me acompaña a todas partes y se empecina en tatuarme en la frente soledad y nostalgia. Ta vez es por eso que lo amo tanto: siempre me hace entender las cosas, aunque de la manera más difícil.

Abraham.

viernes, 6 de agosto de 2010

Antes de caer la noche:

Antes de caer la noche, empiezo el día haciendo una lista de las cosas que DEBO hacer: vestirme, cepillarme los dientes, ir a la escuela, fingir que estoy de buenas… me chocan las cosas protocolarias.
Antes de caer la noche, camino entre la multitud y me mezclo con la cotidianeidad, pretendiendo ser una persona más; un ser humano con una historia común y sin relevancia para el mundo. Una persona que enmascara sus sentimientos y reprime sus ideas por temor a no ser entendido y rechazado; una persona horrorizada por el halo de mediocridad que le rodea todos los días. Sólo me siento a salvo en casa, donde todo es seguro, pero también lleno de silencios.
Antes de caer la noche, pienso que un día me voy a mostrar; que voy a arrancarme la piel con mis uñas para que todos miren como soy por dentro, que cuando hable todo el mundo me notará y sabrán quien soy.
Antes de caer la noche, me encuentro mirando al cielo con la cara empapada en lágrimas; por las personas que he perdido y que jamás van a regresar. Y sueño que el día de mañana ya no habrá dolor, ya nadie me mirará con extrañeza ni me juzgará por lo que soy, que no habrá más burlas por ser distinto. Pero en un país como este los sueños son fáciles de olvidar.
Antes de caer la noche, aún quedan muchas cosas por decir; aunque creo que algunas veces es mejor guardar las ideas en el corazón para que nadie sepa lo que te pasa y no te hieran. Lo mejor que puedo hacer es esperar en silencio en un rincón oscuro, esperando en silencio con mi corazón en la mano esperando a que algo cambie; a que todo sea menos austero y menos vano.

De las cosas que no hablo.

Los días pasan sin distinción, son del mismo color gris. Llueve, hace frío y todo es anódino.
Desde que te fuiste todo oscureció para mí, con tu muerte los colores de mi vida se han ido borrando lenta y dolorosamente; el dios que vivía en mi alma de ha cortado las venas y se desangra copiosamente en mis recuerdos sobre ti.
Ahora que te has ido para siempre, el monstruo de la soledad afila sus garras todas las noches; no duermo presa del miedo. Cerrar los ojos es aceptar que no has de volver, es resignarme a aceptar que ya no existes y que en tus últimos días no pudiste llamarme para perdonarme, ni siquiera pude decirte adiós.
Ya no me dan ganas de sonreír; mi cara se ha vuelto una piedra. Algunos días hundo mi cara en el barro y me arrastro por mi habitación rascando las paredes; intentando buscar una respuesta todo lo que sucedió. No comprendo las palabras que la gente trata de meter en mi cabeza. Son palabras que dicen que has muerto y que tengo que aprender a superarte; pero es difícil cuando en tu vida has más tropiezos que esperanzas.
La palabra cáncer es algo que me aterra escuchar… me hace querer arrojarme al fuego y quemarme en vida; jamás pensé que pudiera pasarte a ti.