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"NO TENGO VOZ PARA DECIRLO, POR ESO VENGO Y TE LO ESCRIBO" He creado este espacio para vomitar mis pensamientos (la mayor parte hablan de él/ellos...). También para recrear mis recuerdos de una manera más espectacular, más "artística", por así decirlo, y también menos cotidianos. "Mi pasado es una pintura sin terminar, y como el autor de esa pintura debo rellenar todos los hoyos horribles y hacerlos bellos de nuevo". Mother Monster.

lunes, 14 de marzo de 2011

CRIATURAS DE LA NOCHE:


“Escondidos como

dos criaturas nocturnas.

Enigmático amor

para los de cabeza dura.

Dos sombras aferradas

en un grito silencioso,

que a la verdad difumina,

necesitados de expresar

un sentimiento embriagante

pero sometidos a callar”.


La noche vuelve a caer sobre el lago, la bruma inunda con suave melancolía el lugar; el pequeño bosque en donde los amantes han de juntarse para descifrar una vez más el significado de aquel beso suave que, bajo el crepúsculo es incierto saber.

Caminando lenta y sigilosamente, como criaturas nocturnas, se buscan con la mirada y cuando se acercan sellan sus bocas en un grito silencioso que tiene la necesidad de ser escuchado, pero que ambos se ven obligados a callar.

Sus sombras, como su amor, se difuminan entre la espesura de aquel bosque mientras se embriagan con el sonido de sus voces, las caricias de sus manos y sus pasionales miradas.

Se prometen amor eterno bajo la luz de la luna y se toman de las manos para saber que se tienen el uno al otro, que ya vendrán tiempos mejores, que algún día nadie los ha de mirar con odio. Son dos seres iguales entre sí, sus corazones y cada una de sus terminaciones nerviosas están llenas con pequeños destellos de amor puro.

Abrazados y bajo la sombra de un ciprés miran el alba aparecer. El tiempo se les ha terminado, las criaturas deben marcharse, por que no deben ser vistas, por que permanecer juntos ante la luz del día los convierte en objeto de burla y de deshonra para algunos.

La luz del sol comienza a salir, y antes de que esa luz ilumine sus rostros, deben desaparecer. La despedida es inevitable, y al mismo tiempo dolorosa. Se marchan refugiándose en las sombras que aún sobreviven al amanecer, con la promesa de volver a verse.

Habrá que esperar que las sombras del anochecer los cubra con su manto de misterio, que la luna sea testigo del amor que se profesan. Serán como búhos en la oscuridad, velando por los deseos del otro. Por siempre, hasta que alguien los descubra.

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